Catarros, otitis frecuentes y aprendizaje
- Por Sonia Pérez Vara
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- 12 dic, 2017
¿Sabías que los catarrros y otitis frecuentes pueden influir en el aprendizaje?¿Sabías que los catarrros y otitis frecuentes pueden influir en el aprendizaje?

Tanto si eres profe como si tienes hijos en la etapa infantil es probable que te identifiques con aquello de ‘es comenzar el colegio en septiembre y no deja de tener mocos hasta junio’. Puede parecer algo normal, ya que suele ser común en casi todos los niños con edades comprendidas entre el año y los 6 años pero, ¿cómo pueden afectar el catarro o las otitis al aprendizaje?
Si pensamos por un momento en nuestro último catarro, es posible que nos acordemos de no tener suficientes pañuelos a mano o de que justo coincidió con el comienzo de las vacaciones. Pero, si hablamos de los síntomas, recordaremos haber sufrido un intenso dolor de cabeza, malestar general y, por supuesto, congestión nasal acompañada, con toda probabilidad, de un tremendo dolor de oídos.
Esto es debido a que el oído y la nariz se encuentran conectados por un conducto llamado Trompa de Eustaquio. En el caso de los adultos ese conducto se encuentra con una inclinación de unos 45º, suficiente para que no siempre los mocos afecten al oído. Sin embargo, en el caso de los niños, dado que aún esa zona del cuerpo no ha madurado, la inclinación es mucho menor, haciendo que el conducto pueda parecer que casi se encuentre en posición horizontal.
Este hecho hace que, cada vez que los niños pequeños se acatarran y comienzan a tener congestión nasal, ésta se extienda con mucha facilidad hacia el oído y se produzcacongestión auditiva y otitis. Cuando esa zona se llena de mocos, impide que el sonido llegue de forma adecuada al oído interno, dificultando y distorsionando los mensajes recibidos. Si las otitis son frecuentes y recurrentes en los primeros años, momento sensible en el desarrollo auditivo, podrían no sólo interferir en la integración de los sonidos de ambos oídos (binauralidad), sino también en la correcta adquisición e integración de losfonemas, sonidos y palabras que, posteriormente, el cerebro utilizará para la adquisición de la lectura a través de la asociación de fonemas y grafemas, pudiendo afectar, por consiguiente, también al aprendizaje de la escritura.
Ahora, en plena época de mocos, catarros y otitis, prestar atención a los primeros síntomas ayudará a prevenir problemas relacionados tanto con la salud de los más pequeños como con su futuro rendimiento escolar.
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Son muchos los estudios que demuestran que, en contra de lo que pudiéramos creer, el movimiento y el aprendizaje están relacionados íntimamente. ¿Cuál es la explicación a esta afirmación? Muy sencillo. Dependiendo del tipo de movimiento que realice nuestro cuerpo éste es controlado por unas zonas del cerebro u otras. Así, los movimientos más sencillos se realizarán desde las zonas subcorticales y los más complejos serán llevados a cabo gracias a la corteza motora. Aunque parezca increíble, son las mismas áreas que las que participan en los procesos de aprendizaje. De esta manera, si los movimientos se han trabajado, adquirido, interiorizado y automatizado de forma correcta, esa zona quedará libre para que se puedan llevar a cabo otras tareas como, por ejemplo, el proceso de adquisición de la lectura o de la escritura, básicos en la etapa escolar.